sábado, 26 de agosto de 2017

LA ULTIMA CARTA DE AMOR

28-Septiembre- 2016
Las palabras más bonitas que puedan salir tanto de mi mente como de mi corazón no se acercan ni remotamente a todo lo que me haces sentir cuando estás conmigo, cuando me tocas, cuando te extraño. 
No tienes una idea de todo lo que ocurre dentro de mi cuando te tengo cerca, es algo que realmente no logró explicar, no logro definir.  Hay muchas cosas que tal vez ya te he dicho antes, pero siento que no puedo dejar de decirlas una y otra vez y las diré todas las veces que pueda y sean necesarias.  Lo que siento por ti es el sentimiento más maravilloso que puede existir, sinceramente es una bendición, eres una bendición en mi vida. No soy una persona perfecta, eso es más que obvio, pero siento que algo tuve que haber hecho realmente bien para que existas, para que estés aquí, para que yo pueda amarte, para que tú me ames.
Eres especial, eres diferente, eres perfecto,  eres mi vida entera, no hay nada de ti que no ame completamente, nada que no pueda hacer que mi cuerpo se estremezca, que mi libido enloquezca o que mi corazón tenga la necesidad de sentirte lo más cerca posible, cada minuto cada segundo que paso contigo lo recuerdo como un sueño, como una fantasía; nada, te lo juro, nada se compara con pasar aunque sea un minuto a tu lado. Podría estar en Polonia, en un castillo, en un cuento de princesas, mendigando en semáforos, en medio de un ataque de balones, en donde sea pero si tú no estás conmigo, nada sería igual y todo sería sumamente triste y gris.
Amame por siempre, yo, te aseguro jamás dejaré de hacerlo, jamás podría dejar de amar tus ojos tristes, tu voz tranquila, la calidez de tus besos, la seguridad que encuentro en tus brazos, la belleza de tu cuerpo, tu risa, tu masculinidad, tu inteligencia, tu timidez, nunca dejaré de amarte a ti.

 Eres mi otra mitad, estoy segura de ello,  cada día que pasa me doy cuenta que eres la persona correcta, con quien siempre soñé. No todos tienen la fortuna de encontrar un amor tan grande, un amor de verdad, de experimentar todo esto que solo tú me haces sentir. Te encontré y sé que si logré hacerlo en esta vida, lograré hacerlo en todas las vidas posibles y si Dios, si el destino y si tú me lo permiten estar “por siempre” contigo.
VALENTÍN, TE AMO.

Heidi.

jueves, 2 de febrero de 2017

2 de Febrero 2017

2 de Febrero 2017

Las letras están ahí, esperando a que alguien las escriba. A menudo tengo la sensación de que yo no elijo las palabras, sino que ellas me eligen a mí. Las malas y las no tan malas. Yo solo hago el esfuerzo necesario para captarlas lo que en realidad puede significar un esfuerzo considerable. Escribir algo es un acto moral.

martes, 6 de diciembre de 2016

"DUELO"

Cuando era niña me encantaba sentarme a su lado las frías tardes de invierno y escuchar durante horas las hermosas historias que él me contaba, sobre como el amor era lo más maravilloso que había experimentado, me gustaba mucho escucharlo, cerrar mis ojos e imaginar todos los escenarios de los tiernos y graciosos momentos. Siempre soñé con conocer a alguien con quien vivir todas esas aventuras hermosas que él me contaba, encontrar a esa persona que hiciera brillar mis ojos de la manera en la que los de él brillaban cada  vez que hablaba de ella.
Escucharlo era lo que más amaba en la vida, pensar que algún día yo viviría eso me emocionaba tanto,  no podía esperar a crecer y experimentarlo ya.
Una tarde después de escuchar uno de los tantos relatos de amor que él tenía para mí, le dije “Deseo ser grande, conocer al amor de mi vida, y estar juntos por siempre SIEMPRE”  al momento en que decía esas palabras, rápidamente sus ojos voltearon al cielo, y poco a poco pude observar cómo iban llenándose de lágrimas y un profundo y triste suspiro me congelaba, “¿Qué sucede? Pregunté. “Nada, muñequita, es solo que no siempre la vida es como un cuento y muchas veces las cosas no son como te imaginas, pero a pesar de ello debes saber que nunca debes tener miedo de amar, y nunca debes dejar de luchar, porque aunque muchas veces el amor llega a lastimarte, debes saber que no hay peor condena que no haber amado. Pero no tienes por qué preocuparte, yo estoy aquí, y si algún día algo no sale como esperas, yo seguiré aquí para escucharte y contarte estas locas historias cada vez que quieras” Con una gran sonrisa me observó y yo  corrí a sus brazos para que me abrazara, con eso sellaba el trato, la promesa; todo estaría bien.
Por supuesto que yo sabía que era lo que sucedía, nunca le pregunté, pero siempre pensaba en silencio “¿Por qué si vivieron cosas tan hermosas juntos ella no está aquí? ¿Por qué él se encuentra solo todo el tiempo? ¿Por qué lo escucho llorar en las noches? ¿Por qué escribe y canta música tan triste? Yo me daba cuenta de todas y cada una de esas cosas, hoy sé que si tal vez le hubiera preguntado él estaría aquí, y en estos momentos otra historia se escribiría. A pesar de soñar  tener un amor como el suyo, me aterraba terminar así, me daba mucho miedo llegar a un día en el que ver el cielo me hiciera llorar, cantar en las noches canciones tristes que salieran de mi corazón; terminar así, como él, porque aunque ante mí y ante el mundo nunca mostró ni si quiera una gota de debilidad, yo sentía el terrible dolor que llevaba en su pecho
Pocos meses después de aquella conversación él decidió partir para siempre. Los días pasaron, meses, años y por mucho tiempo no hubo nadie con quien compartir las frías tardes de invierno, ya no había quién me contara historias lindas, ni que me hiciera soñar.
Hoy él no está conmigo , sé que me observa, sé que me cuida donde quiera que este, no sé qué es lo que piensa de mí, en estos momentos  me encuentro mal, de la misma manera que él antes de irse, son diferentes escenarios, pero el mismo dolor, lo que tanto soñaba pasó, pero también lo que me aterraba, ahora soy yo la que mira al cielo y rompe en llanto, la que no puede conciliar el sueño, no puedo cantar pero al igual que él me encuentro sola escribiendo cosas tristes por las noches, amé, construí mis propios momentos especiales luché, me destrozaron, mi sueño se convirtió en una terrible pesadilla, pero él no está aquí para contarme sus historias, para abrazarme, para decirme “todo está  bien”. Me hace mucha falta, sé que si él estuviera aquí, las cosas serían muy diferentes, hoy se lo que sintió todos esos años, y lo admiro cada vez más, a pesar del dolor, nunca hubo espacio para rencor u odio en su corazón. En noches como hoy me gusta pensar que realmente está cumpliendo su promesa y aunque no lo vea está aquí abrazándome, secando mis lágrimas. Muchas veces he pensado en hacer lo mismo que él, irme, encontrarlo, verlo, pero sé que no le gustaría que yo siguiera sus pasos, tengo que ser fuerte y salir delante de esto, no tengo ni remota idea de cómo, ni con que fuerzas lo haré, pero en cuanto suceda sabré que no es solo triunfo mío, sino también de él, y sé que de alguna manera lo ayudaré a descansar en paz. Quiero que me vea y se sienta orgulloso de mí, tanto como yo lo estoy, a pesar de todo, de él. 

domingo, 4 de diciembre de 2016

3 de Diciembre de 2016

3 de Diciembre de 2016.
El dolor invade mi cuerpo y corazón una vez más, mis lágrimas no pueden dejar de salir ¿Cómo dejar de sentirme así? ¿Cuándo llegué al punto de contar cada segundo que falta para que termine el día? Y por que lo hago si aunque anochesca el dolor no se va, al contrario, crece.
No necesito que la gente a mi alrededor me diga, me recuerde lo poco que él me quizo, lo poco o nada que le importa que haya roto mi vida, que me digan lo tonta, estúpida o peor lo "fuerte" que soy. Que me repitan una y otra vez que esto es sólo pasajero, que estoy exagerando las cosas, o que son pretextos para estar todo el día en mi habitación.
¡Dios no! Ya basta. Estoy consciente de todas y cada una de ellas, se que él está bien, se que para él fue fácil incluso satisfactorio librarse de alguien como yo, que no le importa que siga llorandole cada noche, que fui tan fácil de reemplazar.
Se que soy una niña tonta, estúpida, ingenua, por creer que esto sería el cuento de hadas que tanto me contaba mi padre de niña, que yo sería feliz por siempre y que él cuidaria de mi.
Dios, no soy "fuerte" soy frágil, demasiado, me asusta escuchar que la gente diga que lo soy cuando bien sabemos que no es así, siento que esperan algo de mi, algo que me encantaría darles, pero al saber que no puedo, eso, eso me rompe aún más.
Desearía que todo pasará ya, desearía que esto realmente fuera un pretexto,  que mis malditos sentimientos no existieran, que pudiera olvidar, incluso que lo pudiera reemplazar con alguien más, desearia poder odiarlo, desearía no haberlo conocido nunca.
Quiero cerrar los ojos y que al abrirlos me encuentre en otro momento de mi vida  donde sea feliz, donde este dolor, este miedo, no existan más.
Quiero que por favor me escuches, quiero que por favor me lleves contigo.
                       
"Intento descansar no puedo,escribo esto a las 3:00 am."


                                               Heidi Garcia.

lunes, 21 de noviembre de 2016

19 de Noviembre de 2016

19 de Noviembre de 2016

Al despertar me dirijo lentamente al espejo, y me percato de lo mucho que he cambiado en tan pocos días, puedo observar con claridad como esa luz que habitaban mis ojos, aquel brillo infantil que los iluminaba no existe más, se ha ido, ahora en su lugar hay unos cuencos negros, opacos, lúgubres, enmarcados por profundas y grises  ojeras. Me dispongo a salir, intento esconder la melancolía en ellos detrás de un intenso maquillaje, al aplicar rubor la palidez de mi rostro desaparece, finalmente dibujo una fina sonrisa carmín en mis labios, leo aquella frase que me impulsa a seguir “NO TEMAS” me convenzo de que es verdad y salgo, dispuesta a cumplir con mi día a día. ¡Dios! Es eterno parece que nunca terminará, observo las personas de mi alrededor todos se ven tan felices tan llenos y no puedo evitar preguntarme ¿También estarán escondiendo su tristeza? ¿También desearán todas las mañanas que el dolor desaparezca? No lo se, intento seguir ocupando mi mente en laboriosas tareas que evitan que piense y lo mejor, evitan que sienta.
Al llegar a casa las cosas no son muy distintas, me esfuerzo por contestar un satisfactorio “Bien” al tiempo que le doy una sonrisa a mamá cuando pregunta "¿Qué tal tu día?" Me siento con ella y comienzo a contarle historias magnificas sobre mi día, cosas que ni remotamente pasan, ella alegre lleva un plato de comida hacia mi no puedo evitar sentir repulsión al verla, pero tengo que comer, mi cuerpo lo pide, así que haciendo un esfuerzo sobre humano ingiero bocado a bocado hasta terminar con ese inmenso plato. Mamá me observa satisfecha, creo que la he hecho feliz.

Enciendo la televisión y ella comienza a contarme entusiasmada sobre todos los planes para navidad que hay; nunca antes había deseado que jamas llegara esa emotiva fecha, pero asiento emocionada, pongo mi atención en el absurdo programa televisivo y evito escuchar lo que ella dice, finalmente al no poder más salgo al jardín, Prince emocionado se dirige corriendo a mi, mostrándome esa linda y sincera mirada que con gran ternura me envuelve, no puedo evitar sentirme más miserable, esa alma pura confía en mi, aquel hermoso ser vivo depende de mi, evito que él me vea llorar, lo abrazó fuertemente y comenzamos a jugar, por unos momentos el dolor se va, y solo existimos él y yo, pero repentinamente su recuerdo viene a mi mente, volteo al cielo y pregunto fuertemente ¿Por qué? La única respuesta que obtengo es el frío y ligero viento rozando mi rostro, volteo hacia abajo y Prince con esos profundos ojos cafés me mira confundido, acaricio tiernamente su cabeza y vuelvo adentro.
Mato el tiempo viendo televisión, leyendo y algunas veces durmiendo. Papá llega del trabajo y me pregunta ¿Cómo sigues? con él no puedo fingir, pero se que le duele verme en este estado, así que una vez más asfixio el dolor de mi corazón y contesto serena "Mejor".
Por fin; la noche ha llegado, me siento relativamente mejor, aunque es mucho más triste mi atmósfera, por primera vez en todo el día no tengo que fingir que todo esta bien, me dirijo torpemente al espejo, una vez más; me felicito, ¡logré hacerlo de nuevo!, volteo hacia atrás y veo aquella fotografía, mi abuelo me observa con una sincera y humilde sonrisa, voy deprisa, abrazo la fría imagen fuertemente, no hace falta que  diga nada,  aunque solamente topo con una helada y frágil fotografía, se que él me abraza, se que él me escucha. Mis lagrimas comienzan a salir abundantemente, mientras lo abrazo, miro al cielo y pregunto una vez más ¿Por qué? ¿Por qué no me llevas contigo?.
Pierdo la conciencia y me quedo dormida. En poco tiempo vuelvo a abrir mis ojos, observo el reloj 2:00 a.m. coloco la arrugada imagen en mi buró, le sonrio y hago el mayor de mis esfuerzos por recuperar el sueño... inevitablemente mis ojos vuelven a mojarse una vez más, y poco a poco me pierdo en mi propio llanto y la oscuridad se hace presente. 
 Otro día más.